La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) redujo sus expectativas de crecimiento económico en 2025 para la región, luego de que el presidente de EE. UU., Donald Trump, implementara su política arancelaria.
En un informe dado a conocer el martes, situó a la economía de Venezuela como una de las que tendrá un peor desempeño. Según la Cepal, su Producto Interno Bruto (PIB) caerá 1,5 %.
En esa línea, Haití sufrirá el mayor decrecimiento, pues se espera que su actividad económica caiga un 2 %. Asimismo, Cuba se contraerá un 0,5 % en este 2025.
En contraste, la Comisión estima que los números más positivos de la región se darán en Argentina (5 %), República Dominicana (4,5 %), Costa Rica (3,6 %) y Paraguay (3,6 %).
En el punto medio, se ubican Guatemala (3,3 %), Honduras (3,2 %), Nicaragua (3,1 %), Panamá (3,1 %), Perú (3,1 %), Uruguay (2,6 %), Colombia (2,5 %), El Salvador (2,5 %), Chile (2,2 %) y Brasil (2 %). Además, los que tendrán el menor crecimiento serán Bolivia (1,8 %), las islas del Caribe (sin contar Guyana) (1,8 %), Ecuador (1,5 %) y México (0,3 %).
¿A qué responde el cambio en las proyecciones?
Según el organismo, el cambio de las proyecciones responde a la política arancelaria del presidente Donald Trump.
«Los anuncios en materia de aranceles efectuados por parte de Estados Unidos no solo tienen efectos directos sobre las exportaciones de los países de la región a dicha economía, sino también efectos indirectos por la vía de una mayor volatilidad en los mercados financieros internacionales», dijo la instancia, dependiente de la ONU.
Asimismo, la Cepal dice que «la confrontación geoeconómica suscitada ha aumentado el riesgo de disrupciones graves en las cadenas de producción global y en los flujos del comercio internacional». Además, «ha provocado una revisión a la baja de las prospectivas de crecimiento a nivel global y, en especial, de los principales socios comerciales de la región: EE. UU. y China».
El organismo concluye que la guerra comercial «profundiza el gran desafío de revertir la senda de bajo crecimiento económico que ha mostrado la región en la última década». Adicionalmente, demuestra que «dinamizar el crecimiento requiere una combinación de políticas macroeconómicas y de desarrollo productivo más proactivas que las que ha tenido la región hasta el momento».